La venganza de John Wayne La venganza de John Wayne

Clarín - sábado 5 de febrero de 1994 - 

Hace casi un año, desde Clarín Rural, dijimos que un veterinario de Pergamino había ideado un sistema incruento de castración de vientres bovinos. Es decir, hoy, no es noticia. Entonces ¿Porqué lo tratamos?.

Porque, Enrique Turín, quien desarrolla el método no se conformó con los resultados prácticos, casi 2.000 animales castrados con éxito y buscó la confirmación científica; por un lado, juntamente con técnicos del INTA, determinó la significación estadística del sistema como mejorador de la ganancia de peso. Por otro, con la colaboración del Centro de Investigación en reproducción Humana y Experimental (CIRHE), midió los cambios hormonales que sufren las vacas tratadas.

-¿Cómo se las castra? Le preguntamos
- Se introduce, mediante una estructura construida con material aséptico, una solución en la cavidad uterina y esto hace que el animal deje de ciclar.

El método actúa tanto en forma química como mecánica. En la segunda la presencia de la solución engaña los mecanismos fisiológicos del animal y simula una gestación, con lo que se produce la persistencia del cuerpo lúteo.

¿Cómo determinar esa persistencia? 
Hay dos formas: palpando o midiendo la presencia de progesterona ( la hormona que produce el cuerpo lúteo) en sangre. El primero es sencillo pero puede engañar. El segundo es, casi, infalible. Esto es lo que buscó Turín. Gracias a la colaboración del doctor Carlos Nagle, procesaron en el CIRHE 53 muestras de sangre, 34 de las cuales provenían de animales tratados y las 19 restantes de no tratados.

“ El 90% de las vacas castradas presentaron, como lo demostró el nivel de progesterona sérica, anestro con persistencia de cuerpo lúteo”, indicó Turín.

Con el anestro se evita el consumo de energía, que, por dos vías provoca el celo: por el aumento del metabolismo general - una expresión es el aumento de temperatura- y por el menor desgaste al eliminar la actividad de monta.

Esta reducción del gasto metabólico se combina con la presencia de progesterona en sangre que actúa como un anabólico natural - y así se da uno de los principales fines del tratamiento: el mayor aumento de peso.

EN LA BALANZA
Pero ¿Cuánto es dicho aumento? Esto, en definitiva, es lo que intentó demostrar el trabajo realizado por Turín, con la colaboración de Edith Frutos del INTA Pergamino.

Para ello tomaron dos lotes de 171 animales. Uno de vacas castradas y otro sin tratar. “ Las ganancias diarias de los animales tratados fueron superiores a los de los no tratados (0.985 gramos por día contra 0.585). Pero lo fundamental es que, la significación estadística dada por el estudio demuestra que es dable esperar que estas diferencias se repitan - con un 95% de certezas- cada vez que se aplique la técnica.

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